sábado, 14 de abril de 2012

Lentes de sol, lentes de aumento. Lentes de descanso:

Según dónde se enfoca es lo que se observa. Es la manera de dar sentido a lo que acontece.
Cuando me refiero al tipo de lente que se puede utilizar según el momento del día no me refiero estrictamente a la capacidad biológica que tenemos de ver, sino el lente interno con el que nos valemos para observar los hechos. A partir de esa observación, valdría preguntarse qué cambios somos capaces de generar para nuestra vida y para nuestro entorno.

El lente está formado de diferentes elementos para poder ver, observar, reflexionar, sentir.

A veces un hecho nos lleva a decir “algo es necesario que cambie sino, este resultado seguirá siendo como hasta ahora”. “Negativo,  malo, molesto,  malas relaciones, climas de trabajo que ni los meteorólogos quiere pronosticar, malos tratos, discusiones que amargan el día, insultos que se podrían haber evitado, y así innumerables descripciones de situaciones que no queríamos que sucedieran y que no sabemos de qué forma resolver o que parte es necesaria modificar para que la situación cambie.
Nos consolamos con fantasías de “ojala” para que desaparezcan de nuestras vidas.

¿Qué es ese algo? Ese algo está afuera o está en mi? De quién es la responsabilidad de cambiar, del otro o si quiero que la situación sea diferente está en mí?

Cuando hablo de lo que nos ocurre me refiero a todos nosotros, los seres humanos, que nos diferenciamos del resto de los seres vivos por la capacidad que tenemos de hablar por medio del lenguaje, ya sea verbal o gestual.
Si damos un paso más sobre esta idea, podremos afirmar que somos observadores de la realidad, que luego de interpretarla (con nuestros propios lentes), realizamos diferentes acciones.

¿Qué compone a ese lente, es decir, a cada persona como observadora?
Podemos describirlos en tres dimensiones: las emociones, el cuerpo y el lenguaje.

Las emociones son la brújula para realizar acciones. Si estoy contenta, me predispone para organizar una salida con mi familia. Si logré un objetivo mi alegría y felicidad es tan grande que al costo que sea, hago el llamado de larga distancia para contar mi buena nueva. Si choco el auto, no quiero hablar con nadie de la amargura que tengo. Si perdí el subte y llego tarde al trabajo, la culpa por la tardanza en comenzar con mis actividades no me permite saludar de buen modo a mis compañeros. Y así podemos seguir con ejemplos.

El cuerpo es el que me permite llevar a cabo mis ideas, expresar mis emociones con abrazos o con una sonrisa. Poner mala cara si algo no me gusta, pegar media vuelta y retirarme para evitar la conversación con alguien, y así ...

El lenguaje me permite realizar acciones y transmitir, no solo de manera verbal, sino también gestual.

El punto es que estos elementos están integrados.
Los hechos ocurren. Luego la forma en que utilice mi lente es lo que me abre o cierra la posibilidad de generar cambios  frente a lo que genera ese hecho.

Qué hace la diferencia? La historia que me cuente, lo que me diga, ese pensamiento me generará una emocionalidad que, sin dudas, me llevará a terminar realizando una acción en consecuencia. Qué estamos dispuestos a cambiar cuando algo no nos agrada, cuando algo nos hirió el corazón, cuándo la bronca se enciende cada vez que nombran a determinadas personas, o vuelvo a encontrar el mismo caos…?

¿De qué forma manejo los elementos que componen mi lente?

Observo los hechos, dejo que mis emociones se apropien de mi indiscriminadamente y mis pensamientos se sumen y hagan hinchada porque todo es negativo? O acepto los hechos; esto sucedió, es lo que estoy viviendo, reflexiono, analizo y luego genero el cambio?

¿Quien Soy frente a determinadas situaciones?
¿Qué es necesario que haga diferente? Declarar “no se” y aprender, declarar: “no” y no ser parte de ese pedido, declarar “sí” y estar casada, declarar “gracias” y mostrar un gesto amable hacia el otro, declarar “basta de… y no permitir más situaciones desagradables”, declarar perdón y soltar el enojo, declarar amor y amar.

Observo mi cuerpo, mi postura, si estoy encorvada, erguir mi espalda, registrar mi respiración. Acelerarla, disminuirla. ¿Qué historia aparte del hecho estoy sumando a lo que estoy viviendo? Diferenciar los hechos de mi interpretación.
Comenzar a percibir mis emociones ya que regular el lente está en cada uno de nosotros. No vamos a cambiar los hechos, porque ya sucedieron. Sí es posible cambiar lo que dependa de nosotros que es generar una mejor calidad de vida en cada momento y a cada instante.

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